Reclutan masajistas bajo pena de muerte
Si no se presentan enseguida
Por mandato del tirano dictador
Que está por caer de su cama y su mesa de noche.
En los pueblos que residen son dioses con los cuerpos
Y se ha acrecentado su fama.
Los amores se despiden en camiones
que cargan decenas de cholos.
Caminamos varias horas hasta ver alejados
El pueblo que nos vio parir
y enamorarnos enseguida de él.
Y se inicia el ataque a pocas horas de llegar
En la guerra sin amor que es para llorar
Donde el lado rebelde son todos jóvenes
Y tienen pesadillas y no duermen tranquilos
Y atacan con la esperanza de regresar a casa mutilados.
Está la peste de nuestra parte que mata
Hasta el hueso más duro:La madre
Que rogó por vivir y no la oyeron sus hijos.
Es la época de navidad
Los hombres solo desean estar en casa con su sopa
De tubérculos de las chacras de la anciana Sabina
Familia de vendedores de comida y buena sazón.
Son fieles a sus costumbres impuestos por sus verdugos.
Por fiestas se hace un cese al fuego
Por acuerdo militar.
Se lucha por el motín de alimentos podridos
En cajas y cajas y más cajas.
Son los antiguos agricultores que tienen
A sus mestizos primogénitos
Como hijos que van a morir
Por abastecer limones a Piura.
En las camillas de pieles de burro acaramelados.
Un soldado necesita masajes en la cabeza y espina dorsal
El impacto de un tanque de kerosene lo hace delirar
Y hablar estupideces
Dice - seremos libres como patos y pollos
Por voluntad del granjero
Y llegará el día que ya no mueran más ancianos solos
Resignados al olvido.
Los oficiales me saludan con señales
Que pertenezco a su élite
Que les besa el culo deformado.
¿Qué hacer si mi profesión alimenta
Más muertes haciendo revivir soldados?
Viéndolos morir y sin darse cuenta
Cogen una tos que les destroza el pulmón izquierdo.
Los masajistas ven en los cuerpos su futuro.
El vigésimo paciente no vivirá un día más.
Acabado el aguacero terminará el acuerdo
Pactado entre señoras.
Los muertos no se cuentan por decesos en combate
Si no por la manera de ver la vida sin sentido
Y así perdemos todos la batalla de “Sarita Colonia”
En honor a las prostitutas que fueron sacrificadas ese día
Por un historiador y asiduo cliente
Y quedarán registradas en las páginas de historia subalterna
Extinguieron masajistas que lucharon sin sus armas
Hasta acabar fusilados por traición
Y serán leyenda
En los pueblos de bocas rosadas
Y se los contarán a hijos de sus hijos tuertos
Que fueron pasajeros de una vida hacia paraíso de Caín
Por conocer el mundo terrenal
Para ser más puros que Dios
Y serán nuestros genios
Quienes borren lo que esté mal escrito
Y serán cientos de niños quienes vivan
Y no coman la siguiente noche
Por nuestra culpa
Por haber perdido nuestras manos.