la condición humana
Si has
embarazado a Dulcinea
Conviértete
En un rosado
puerco en su charco.
No importa
este país de escombros.
Vale más
poder darles desayuno.
Podríamos
vender marihuana a las rameras
Y montar
una cantina de fachada.
El niño
crecerá entre ladronzuelos
Que le
enseñarán a ser valiente.
No
distinguirá lo que es bueno
Hasta que
su madre se lo enseñe.
Ya cuando
crezca
Derribaremos
Los molinos
de la pobreza.
Robaremos
un banco para su futuro.
Viviremos
de ilegales en Estados Unidos.
No pude ser un delincuente.
Mi compasión me lo impedía.
San Marcos cambio mi vida
porque ya estaría muerto
o en la cárcel.
No veían un futuro para mí.
llegue haciéndoles la contra.
En las noticias resaltan titulares:
Estalla un paro de infértiles profesores.
La toma en las revoltosas facultades
de letras y sociales
coinciden con las elecciones
al rectorado liberal.
Se juntan facciones
entre docentes con curriculum
de oro.
y andinos zorros en política
y si existe una vacante a Harvard
hay que vestirse bonitos
los lazos y corbatas
ante tus autoridades, profesores
e imbéciles padres.
Todo a días de mi ingreso
como ingresante de puntaje mínimo.
Los alumnos que llegan
traen sueños y resentimientos,
otros con polos del capitán américa.
¿Mañana habrá clases?
pregunta mi pobre compañera.
Se ha acordado dos días de lucha,
por la pronta toma de poder
del desacreditado rector.
Que serán varios años más.
En las pizarras y pintas verdes
gritan abajo los acosadores
y los infiltrados.
En las aulas mis tontos profesores
yo los llamo así
Han soñado cambiar San Marcos
otros quieren la plata del león.
Ya es medio día
Tengo el estómago vacío.
Mis parásitos tienen hambre.
Hora del comedor.
Y ya no volveré a ver a perro vaca.
He sido feliz en soledad.
Allí aprendí a estimar a las ratas.
Jugar con la basura, sentir los juguetes.
Contar los días por la fortuna de una
fiesta.
¿Por qué los humanos no quieren estar
solos?
Para aferrarse a un cuerpo que les
repita al oído:
Eres especial.
He descubierto solo:
Se puede crear un infierno
Donde se respeten nuestras leyes.
Allí también están los ciegos,
Los tiernos y los traidores.
Y no me he fallado
En admirar al cobarde.
Saben que morirán solos
Y ni aún así se arrepienten.
Si estando a tu lado soy un poeta distinto,
Que dice mentiras.
Será porque se acabó el amor.
