Ya ha muerto tu madre antes de ternura
cuando la escuchaste decir
que sigas el relámpago del sur.
Y abandonó lo que siente cuando tuviste miedo.
Y no te dijo nada del despojo de su tierra maldita
de pronunciar algo del sonido.
O cuando te hundiste en el agua
para herir su alma
y su amor de piedra sepultó murallas.
Entonces creciste sin esconder
tu odio poderoso.
Si te endurecías mamá se elevaba
y mostraba el pan suave.
Sabes que si despierta le dirás la verdad.
Lo que pronosticó de ti siempre fue cierto.
Sus cartas esta vez no se equivocaron.
Serías gitana y no te casarías.