Nací del
llanto.
Es el fin, mi
destino.
Una locura
pensar
Vivir de la
poesía.
Siempre con
muchachos
Que no
quieren leer
Y la
fragilidad
De las
niñas
Utilizadas de
musas.
Escribo
contra la locura.
Somos peces
del daño.
Sin
escribir seríamos
Arrepentidas
palomas.
Dejaremos
el alma mojada,
Nos
calentará un verso.
Oirás a tu
madre decir
–
No vale la pena,
Que escribe
muy mal.
No creo que
alcance a leer
Todos los
libros que tienes.
Hubiese comenzado
de niño.
Hubiese jugado
contigo.
Solo aprendí
a cantar afinado.
Y escribo
para que algún día
Me leas.
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