Hoy mataron
a su padre,
A su huraño
perro.
A Irene,
no.
En silencio
ya sufrió demasiado
por la
sombra de la madre.
Lo soñado lo
ha dicho cantando:
Que la
mitad de los asesinos mueran
y crezcan de nuevo los limones.
¡Que los
extinguieron en la tierra!
No poder
expresarse
ha afectado
su mente.
Trasmitirá
a los enfermos
la herencia
de estos padres.
Ser erudita
le salvó la vida
y la
esperanza de ver aves
alejadas de
ese sueño: El mar.
Y ver en
las profundidades
a los
asesinos prisioneros.
No
amanecerá por tres días.
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