Si hoy terminara todo
quisiera que recuerdes
y nazcas siempre,
en otros brazos,
en otras gentes,
y yo escondiéndome en tus versos,
para poder verte,
árbol frondoso,
dame unos frutos,
donde aves desean anidarse,
a cubrirse de sombra cálida y raíces fuertes,
miedo es sentir que se nos va la suerte,
huyes pisando lo que germina,
¡deja, tierra árida!
¡deja, que te siembren!
y las semillas en tu pecho
aflorarán al verme,
y los vientos gritarán a los oídos,
que serán sus labios húmedos
los que cosecharán la suerte.
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