viernes, 11 de diciembre de 2020

Silvia y otro polvo

 

Silvia, una mujer joven de dulce sonrisa y profunda mirada a sus 19 años estudia Literatura en una universidad reconocida. Se encuentra en su casa, almorzando. Llega a casa por la tarde en donde encuentra a su padre, un empresario venido a menos junto con el socio de su padre y su hijo . Acordó tirarse un polvo con un tipo de su misma facultad, después de una caliente conversación en donde hablaban de formas de obtener placer sexualmente. Silvia y aquel muchacho quedaron seducidos por la idea de follar y realizar sus más íntimas fantasías a Silvia le fascinaba la idea de follar casualmente bajo los efectos de la marihuana, le aconsejo que se metiera por la ventana de su cuarto que ella lo dejaría abierta.
Su padre quería ascender de estatus y se estaba ella como excusa.
La cena la servía, actuaba así cuando había visita, su padre con aires de altanero, un rasgo muy fuerte en su personalidad. Sus negocios habían caído a ruinas por su personalidad tan pedante y déspota. En ese momento de la vida ,él tenía una idea de negocio, uno que lo llevaría de nuevo a su status a su vida donde él sería el patrón y podría mandar como quisiera a sus empleados.
En el ambiente se percibían los aromas del almuerzo recién preparado por la empleada y la añoranza de tiempos mejores. Afuera ardía el sol de verano que sofocaba a cualquier humano e incitaba a reproducirse.
-Silvia- le dijo su padre, poniendo la atención de todos en la mesa cuando ya empezaban a comer-. ¿Qué te parece hija? . Haremos un negocio con Simón donde podrás viajar y ser una mujer de clase, tendrás hijos que se dedicarán a esto y serás una señora que apoyará a tu marido en los negocios y a la familia.
El hijo sonrió, en la mesa , un joven buen mozo cualquiera cedería tirar con él. Su padre buscaba a sus pretendientes y les ofrecía dinero para que estén con él. Estaba enamorado. Y Se encontraba entusiasmado con la idea de casarse con Silvia. Le traía rosas todos los días , a la madre le obsequiaba dulces que tanto le gustaban , al padre le invitaba a los burdeles para que se distraiga y tomaban whisky para que gane su confianza.
- Disculpa padre-dijo Silvia -. Esta conversación no me está gustando, podrías cambiar de tema
-¿Ah?- agregó el padre-. Tienes que escuchar este negocio va a crecer lo haremos familiar, vas a ver, así dejarás esa carrera de literatura que no da dinero.
En eso ella recordó su infancia donde narraban los cuentos, donde era feliz con las aventuras de ton Sawyer las penurias del patito feo, y las ficciones de julio Verne que la hacían soñar.
Comenzaron a temblar sus manos, ese momento, entendió que el agua calmaría los nervios y tomar un jarro de chica morada era la mejor opción para calmarse.
Luego se despidió de los presentes y se retiró a su cuarto donde la esperaban en secreto -sal de ahí -dijo Silvia-no te escondas.
Siempre le daba caricias y la besaba por todo el cuerpo, y tuvo sexo duro y parejo olvidándome de todo, – solía decir ella en la cama-, nada de besos en la boca es el primer paso para abrir el corazón .
De allí dormiría toda la tarde, relajada para recuperar fuerzas para ver a Fiorella su amiga de la infancia ,donde jugaban a la gallina ciega, al papá y la mamá con sus amiguitos, cuando llegaron a la pubertad sus juegos eran la botella borracha y su primer contacto sexual lo tuvieron juntas en una fiestita donde probaron droga ahora Fiorella se encontraba grave.
Se dirigió a la clínica San Felipe el ambiente estaba mezclado de enfermedades con esperanzas. Se escuchaban los gritos de los recién nacidos, se veía doctores concentrados en su trabajo, parientes formando colas para ver a sus pacientes por una respuesta y hablar con ellos. algunos enterados del deceso de sus familiares .
Subió al tercer piso por el ascensor. Ya en la habitación se encontraba Fiorella, llena tubos intravenosos que la ayudaban a respirar y a alimentarse. Le había dado un ataque al corazón siempre le dieron punzadas que no los tomo en cuenta pero esta vez le vino más fuerte el dolor dándole un paro cardiaco, hospitalizándola. Cuando Silvia supo que alguien cercana a ella fallecería y que jugaba con la muerte, se dio cuenta que amaba a alguien y que se perdería en la vida sin ella.
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