viernes, 28 de noviembre de 2025

Explotación laboral

 

Los motores le han destrozado los oídos,

y oye silbidos, abstrayéndose.

En trabajos de riesgo obtuvo hernias,

Que deformaron su columna vertebral.

De gritar en las calles por su jornada del día,

escupe sangre y le duele.

Y perdidos los dedos índice y medio

en la máquina de cortar, lo han echado.

 

Si les quedara fuerzas para apoyarse,

soportarían su muerte;

y, cuando intenten utilizarlos de nuevo,

escupirles la cara.

Y a los que les dieron luz para no morirse,

y a los que los quisieron matar, quererlos.

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