lunes, 7 de octubre de 2019

María todavía me amas.



Fumaré ese poco de pasta(x) por última vez ,
en el baño de espejos rotos
y paredes sucias del recuerdo.
Los niños siempre lloran en casa
por atención cuando los visito
por horas que vuelan y no dicen nada.
María los quehaceres de su hogar,
juegan conmigo a ritmo del caos
Corren por la sala y gritan,
no se callan tras olas rojas y azules
y viceversa.
A uno se le han caído los dientes,
no paran de crecer los incipientes ríos
que desembocan en mi pecho.
Tienen que ser mejores que su padre
o ¿serán fríos como su abuela?.
María, todavía me amas
porque me abres la puerta
o al menos me guardas algún cariño.
Tengo que cambiar este año
que se empecina en acabar mal.
El aniversario del barrio al que frecuentábamos,
está fresca en la memoria todavía .
Las orquestas, bailarines
y cantantes de salsa new york
traídos por el dinero de la droga,
entregándose al mundo del cuerpo
donde yo era feliz.
Ella fue criada de forma diferente
y en distinto trato.
Y lo que más me excita
es su forma de ser con los demás .
Y el transcurrir del tiempo que termina
con hernia y osteoporosis,
es el sentido que no se encuentra
y es el agua que calma la sed
y te atraviesa el frío por querer vivir.


(x) es una droga de bajo costo similar al crack elaborada con residuos de cocaína. pero tiene un efecto tan efímero como deletéreo para todo el organismo, lo que genera una rápida dependencia, con aumento de la frecuencia de su uso, llevando a las personas a consumir decenas de dosis diarias.

viernes, 9 de agosto de 2019

Que te quede de mí.




Las flechas que vienen desde el cielo matan nuestros animales y algunos incautos.
Se escucha a lo lejos pasos del ejército rojo. 
Es para ti el escondite debajo de las viejas camas  roídas por las ratas de campo.
Íbamos a tener un hijo/a cuando termines la secundaria.
Sin golpes ni traumas, quizá equivocados, junto a perros y chanchos.
Aunque la enfermedad que pueda transmitirle le provoque penas o su muerte definitiva.
Tú podrás ayudarlo a crecer si es que vives, en los campos verdes y la cosecha de la mañana.
 Aprendi estar en calma cuando la muerte llege como lo hacen tus vacas.
Las moscas serán visitantes cuando disparen los soldados rojos.
No diremos nada que traicione a nuestro pueblo.
Rompen la puerta, te escondes
Si tengo suerte vivirás el recuerdo que te quede de mí.

lunes, 22 de julio de 2019

Luego tú María


He llegado a casa de la nuera de mi madre donde viviré, es inmensa.
Traigo conmigo errores cometidos por padres ignorantes.
Y lo pagan los hijos por no saber leer.
Si eres niño/a y eres odiado te recibirán con golpes, te marcarán la vida.
Si eres querido por sus errores te harán daño, pagarás cuando den la espalda.
Y así creceremos donde tendré más comida que mi hermana y ella continuara  viendo Magaly TV.
I dont know if can live whit this weight.
Y si escribo así es para otros comensales, se sirven el plato lleno.
Ahora tengo malos la cabeza, los pulmones y ay el corazón.
Si todo va bien y el tiempo sincronizado sopla a favor en esta marea de vida.
Moriré primero antes que mi padre y luego tú María.

Entreguémonos la vida


Cuando la música expresa tus sonidos
en la radio de tu corazón,
 Verte bailar sin limites
Decidí aventurarme a unos pasos,
Soñando que estarás conmigo.
Y la belleza de tu juventud que hacen ágiles los cuerpos.
En mostrarme a amar la conexión,
Burlemos a la muerte antes que ella de nosotros
Y al finalizar de esta canción entreguémonos la vida.

Hijos así


Hoy tomaremos la leche por mi cumpleaños,
En la olla inmensa movida por el cucharon de palo,
Hierve mi hambre y sed de la mañana,
Los extraños hacen su cola para recibir el alimento,
Que nunca será suyo.
Es la hora del colegio y las tareas no están hechas,
Levantate!,apurate!,ya es tarde!
Vamos por el camino de tierra de asentamiento,
Y los cohetes que suenan en la calle hacen temblar mi alma,
Y me queda aferrarme fuerte a la tuya de tantos golpes,
Pero no quieres eso ni siquiera que hoy cumplo años,
Que no soy de la familia
Y no quieres hijos así.

El panadero, 67 años.


Cuando era joven no entendía lo que era ganarse la vida.
Hoy en la madrugada recién lo entiendo mientras cantan los gallos en el corral.
Ahora que siento los pulmones romperse por esta tos con sangre.
Tengo que vender el pan caliente para la mañana.
San Jerónimo ayúdame no quiero morir.
Iremos a los sanadores que curan en tu nombre,
Vamos en un taxi lo pedimos con Uber,no está caro.
Y llegamos no distingo a nadie veo a la muerte y a mi mujer esperándome.
Entramos a un cuarto oscuro donde solo los ángeles pueden ver
Mi única hija casi enloquece ,me operaron ,cortaron pero todo bien y por fin a respirar.
Ya es tarde, mis amigos, el recuerdo de mi esposa y el pan me esperan,
Y con ellos conversamos de los que se fueron y lo que no pudieron llevar
Aunque ya debería dejar de tomar con ellos con esta enfermedad de muerte.
Pero María mi corazón no puede , tuyo aún.

sábado, 27 de octubre de 2018

Lulo

―¿Qué es esto?―dijo uno de los hombres uniformados―, así que llevas drogas, ¿sabes que te puedo detener? ¿Qué vas a estar encerrado toda la noche mínimo? ―su risita burlona. ―Eso no es mío ―gritó mi padre. Ulloa se acercó y lo pateó, abrió el sobre transparente donde estaba la cocaína y la aspiró dos veces. ―¿Dices que no es tuya?, si es de la buena. ―Luego se la dejó en el suelo.

―¡Jefe, no me haga esto, por favor! ―gritó el padre de Lulo.

Y los hombres se fueron con el dinero y su carro. Tomó el licor que tenía y se fue a mi casa. Llegó, al entrar buscó a mi madre, luego discutieron y la golpeó reclamándole. Yo de niño miraba sorprendido, se repetían los golpes una y otra vez. Siempre me dejan en la calle por las noches. Mi madre no sabe lo que hace y me pide la defienda.

Ahora es más mujer que madre. Ella piensa abandonar a su familia para juntar dinero. Y así lo hizo.

Las luces se encendían en Bocanegra-Callao, las casas de diferentes colores, la basura amontonada en las esquinas. Se escuchaban llantos en la casa de techo de calaminas y paredes de adobe. Afuera había algunos arreglos florales y un árbol de pacay con los frutos en el suelo. El ataúd está cerca de la cocina. La madre y la novia del difunto, ya cansada de llorar, miran el cuerpo. Algunos amigos toman ron para el frío y unas galletas. ―Era muy joven ―decía una mujer. Un hombre delgado tosió repetidas veces.

La muerte estará presente mientras sigan trabajando en construcción civil. Pero ellos seguirán porque es el medio más rápido y fácil para obtener dinero para su familia. No hay de otra, no los vemos crecer y ahora aparecen muertos.

Nosotros, los niños, éramos una familia, alejados de casa, de las personas malas que

fingían ser honestas y que nos herían también con sus palabras. Todos querían ser como el Cholo Jacinto que había estado en la cárcel y ahora era seguridad del presidente de la región del Callao.

―¿Trajiste comida del mercado? ―preguntó Maleado con su voz chillona. Tenía el rostro pintado como un payaso.

―Sí, ya lo traje ―afirmé orgulloso e inquieto.

Eran unas papas huayro y unas patitas de pollo que me había regalado la anciana Margarita.

―Toma, niño, vienes mañana en la tarde cuando no haya clientes para darte algo.

Cocinábamos en leña sobre una lata de aceite, la utilizábamos también de cajón para tocar y

cantar en los carros, en las noches para bailar, para que se nos pasen el frío y la tristeza.

Estaba junto con nosotros María que se había escapado de su casa, su padre abusaba de ella y

su madre no decía nada. Tenía un resentimiento contra todos.

Todos son unos imbéciles, le decía.

―¡Cómo te atreves dirigirte a un superior con ese tono de voz! ―dijo uno de los hombres.

Vinieron más golpes en el interrogatorio, les gustaba golpear, decían los vecinos que tenían denuncias de sus mujeres y amantes, pero nunca procedían y ellos seguían agrediendo a más mujeres sin experiencia en el amor y en la vida.

―¡Habla! ―gritó otro hombre. Quería seguir escuchando lo que sabía sobre la desaparición de María.

―¿Qué sucedió el sábado 26 por la noche? ¡Continúe, hábleme sobre ella! ―gritó Ulloa.

―María te hacia perder el miedo, lo puedes cambiar todo, vale la pena ser bandido por

ella―le gritaba.

―Descríbame el hecho, no huevadas ―enfatizó Ulloa.

Era la medianoche, el momento de salir. El bullicio del aniversario del mercado se escuchaba en otros barrios. Los vendedores y sus familias llegaban con sus mejores prendas.

Las cajas de cerveza no dejaban de venderse, las parejas bailaban al son de la música. Maleado estaba ayudando en la seguridad del local, permitía entrar a hombres del barrio que estaban armados, con cortes, desfigurados, todo por un poco de dinero.

(Sé que él no lo hizo, aunque tenía necesidad, su moral no se lo permitía, él nos acompañó cuando la fiesta había comenzado).

(María coqueteaba con su cuerpo, le habían crecido los senos y su mirada atraía a desconocidos. Algunos se acercaban. Esa noche bailamos, nos mareamos. Solo quería divertirse).

―Eran las cinco y media de la mañana. Ella quiso ir a un hotel, nosotros, claro,

aceptamos rápido, subimos a un auto que llegó de la nada, luego nos quedamos dormidos, no recuerdo nada ―le gritaba a Ulloa.

―¿Dice que despertaron y se encontraron en un hotel de mala muerte? ―preguntó Ulloa.

Ulloa ese mes sería ascendido y no podía tener ninguna denuncia.

―Parece que estábamos pepeados, Maleado se encontraba dormido y María no estaba ―dije sorprendido.

Guardaron silencio unos segundos. Tan solo hablaban las miradas.

―¿Solo eso recuerdan? ―preguntó exaltado el oficial Ulloa.

―Sí, eso es todo ―dije.

―Bueno ―dijo Ulloa― ¡sáquenlos! ―ordenó a sus hombres.

―Déjenlo libre―agregó. ―No los quiero ver, sino los encerraré y ahí mis hombres y yo los

golpearemos.

Cuando salimos del interrogatorio encontré a María tirada en la esquina del barrio donde nos reuníamos.

No hablaba mucho, solo recordaba que había bebido una cerveza que el oficial Ulloa nos invitó.

María sabía que el oficial Ulloa la había violado. Ahora sabíamos que solos no éramos nada. Y que ingresando a los Latinos seríamos alguien y nos defenderíamos de Ulloa. Todos quieren verlo muerto, lo odian por abusivo, solo falta alguien con huevos que lo mate y nadie diría nada de su muerte.